Habitualmente cuando pienso en biografía se me ocurre empezar así: “nací en… mi familia de origen…” y voy relatando las cosas que hice, los recuerdos, las anécdotas, de una forma lineal.
Ahora me gustaría a la inversa: “en este momento me siento…; los pensamientos que están danzando en mi mente son…; esto se desató porque vi, recordé o sucedió…” hoy para mí tiene sentido esta inversión de la forma de relatar la biografía. Primero porque parte de algo que me está sucediendo, luego porque me hago responsable de ese sentir emocional, o estado de ánimo, pudiendo modificar mi estado mental, y además reconociendo cómo ciertos recuerdos o circunstancias, desatan en mí pensamientos que van creando mis estados de ánimo.
Al fin y al cabo, lo que me mueve, lo que me motiva tiene que ver con mi estado de ánimo. Piensa en una llamada que recibes con una gran noticia para ti, por ejemplo de la confirmación de un proyecto que estabas esperando, o de la asignación de un dinero que te habían prometido o la definición de fecha de un viaje deseado. Ese acontecimiento de la llamada crea millones de pensamientos, la mayoría inconscientes, todos ellos van creando sinapsis eléctricas que favorecen la génesis de químicos en el cuerpo adecuados para un estado anímico. Si cambian los pensamientos, se modifican los químicos y el estado de ánimo es otro.
Te INVITO a que HAGAS PAUSAS, y dediques tiempo a aprender cómo se realiza esto en la vida cotidiana, en los acontecimientos diarios, en tu trabajo, en las relaciones de pareja o de hijos a padres y viceversa, en las frustraciones y en los éxitos. Es sentirte dueño de ti, es estar en sintonía contigo, es la maravilla de la libertad.
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