Cada experiencia tiene sus ingredientes y el sabor de esta, es como el de un pastel, depende de los ingredientes y de la elaboración.
Este año la experiencia presencial en la oficina de CDMX, inició con la noticia de que un compañero de trabajo dejó su cuerpo mortal. Soy de la creencia de que la vida es eterna, y que el cuerpo tiene inicio en la gestación y el nacimiento y el final en la muerte. El ser, la vida, el recuerdo, la relación, el amor… y todo lo que trasciende al cuerpo sigue vivo, es mi creencia y la comparto humildemente, respetando las de cada uno.
Podemos decir que son coincidencias, o las podemos llamar de otro modo, pero yo estaba regresando el día anterior de mi pueblo natal, en la Castilla española de despedir a mi madre, quien después de 95 años también dejó este plano.
Sin duda que estas circunstancias mueven nuestras emociones y pensamientos, robusteciendo el espíritu o echando la mente a andar en preguntas sin respuesta, que nos arrojan a estados de vulnerabilidad e incertidumbre. Personalmente me siento aún en el proceso de elaboración del duelo por mi madre.
En estas circunstancias el encuentro con el equipo de CARMI comenzó en forma emotiva, haciendo un espacio de silencio para honrar la presencia espiritual de quienes dejaron un hueco en nuestra vida.
Después transcurrieron las horas en los encuentros, las dinámicas, la escucha activa, la interacción fraterna, la crítica constructiva, la queja productiva, la disculpa efectiva, el aprendizaje y la búsqueda de la armonía entre el equipo.
Todos tuvieron la oportunidad de expresar su sentir al compartir el trabajo diario en una gran familia llamada CARMI, y reconocer que somos un gran equipo, donde todos enseñamos, todos aprendemos y todos nos comprometemos con los resultados.
Dos días pasan muy pronto, cuando hay momentos de encuentro e integración, pero la experiencia permanece y el tocarnos, abrazarnos, escucharnos, mirarnos y juntos proponer, corregir, redireccionar y comprometernos de nuevo con la misión…, dan sentido a nuestro diario vivir.
Y la vida sigue, y lo cotidiano permanece, pero la mirada es diferente y la intención purificada logra mejores resultados, en la tarea, en la relación y en el desarrollo personal.
¡GRACIAS EQUIPO CARMI Army CDMX!
José Luis Gómez Campos