Ser padre

Pocas experiencias como la de ver nacer a tu hijo/a. En mi caso la emoción no es comparable con ninguna otra. Recuerdo cada uno de mis tres hijos al momento en que por primera vez los vi. No sé qué sustancias químicas se derramaron por todo mi cuerpo, pero las sensaciones fueron de una felicidad y bienestar profundos y de una alegría que no se puede ocultar. Si tú eres padre contesta en tu interior:

1. ¿Recuerdas la experiencia del momento que te enteraste? ¿Recuerdas el día del nacimiento, cuáles fueron tus emociones?

2. ¿Te sirve en este instante recordar estas experiencias?

Sin embargo SER PADRE, implica muchas cosas, no sólo son emociones, también hay educación, economía, cambio de hábitos, renuncias a tu estilo de vida, etc. Hay un precio que se paga, y claro que viendo al SER que hay en tu hijo, no puedes escatimar en gastos; sin embargo, lo cotidiano, el día a día tiene de todo, momentos de placer y muchos momentos de esfuerzo.

Si te tomas la paternidad como un trabajo duro que tienes que cumplir, posiblemente la sufras. Si te la tomas como una experiencia entusiasmante en la que cada día tienes algo que aprender de tus hijos, además del reto de hacerte muy hábil para resolver problemas, entonces será maravilloso levantarte a las tres de la mañana porque el hijo está soñando feo, o caminar por la calle vestido de traje con la camisa y la corbata vomitada.

1. ¿Sientes ahora el equilibrio entre el afecto y la organización en tu paternidad?

2. ¿Disfrutas a tus hijos o los sufres?

3. ¿Haces equipo con tu pareja (si la tienes) en la tarea ardua y hermosa de educar?

Hoy tengo la gran suerte de ser hijo y padre. Hijo de mi bondadoso padre, que carga con su cuerpo, cansado y enfermo y que disfruta su mente alterada. Hijo que ha disfrutado la presencia de su padre enfermo como una gran posibilidad de meditar sobre la vida y sus ciclos, aparte de gozar de la ternura de un anciano que vuelve a ser niño. Esta experiencia de estar cerca de mi padre enfermo me ha llevado a meterme en la realidad de que somos mucho más que cuerpos y que la vida nos tiene que enseñar hasta el último detalle.

A la vez estoy siendo padre de dos maravillosas niñas con las que descubro que la vida va enseñando en cada etapa lo que se tiene que aprender, las veo tan vivas, con tantas ganas de experimentar cada momento que me motivan. Y mi hijo pequeño que con sus sorpresas diarias, con la estructura de su lenguaje tan incipiente y tan preciso, con su mirada transparente y con sus ganas de competir, me enseña cada momento la naturaleza humana.

Me siento satisfecho de ser padre e hijo en el mismo periodo de mi vida, y como dijera María Montessori, las nuevas generaciones nos vienen a enseñar. Nosotros inocentemente pensamos que somos quienes enseñan, sin embargo son ellos los que traen lo fresco de la vida, la novedad.

1. Piensa ahora en tu padre ¿Qué emociones experimentas?

2. ¿Te ayudó el hecho de tener hijos para comprender a tus padres?

3. ¿Sacas algo bueno de estas reflexiones?

Gracias por leerme y por compartir también conmigo tus experiencias de vida. Y por supuesto ¡FELIZ DÍA DEL PADRE! Porque de verdad que es ¡PADRE! Ser padre.

Con mi cariño:

José Luis Gómez Campo

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