La capacidad de entrar en el estado de «flujo» es el mejor ejemplo de la inteligencia emocional.̋
Daniel Góleman
El «FLUJO» es un estado de conciencia en el que solo estamos en el ahora, vivimos con intensidad el momento presente, sin que sus dos vecinos intrusos, el pasado y el presente lo anulen. Es dejarse llevar por la realidad sin juicios, sin prisas, sin preocupaciones.
El pasado agradable se presenta como metiche añorando “lo que fue y no es” y así anula lo que ahora vivimos, pues lo anterior fue mejor; el pasado culposo nos regaña por no haber sido lo suficientemente hábiles para hacer las cosas bien, o nos castiga por hacerlas mal. Por su parte el otro intruso es el futuro con sus “por si acaso” y sus “debería de ahora en adelante” que no nos dejan en paz y solo generan angustia y ansiedad.
Por eso fluir es un arte y como tal tiene su componente de TALENTO, o sea todos tenemos el poder de estar donde estamos; y el otro componente que es DISCIPLINA, el talento sin entrenamiento se queda en posibilidad; seguir el camino es lo que hace el discípulo, de ahí la palabra disciplina. Disciplina y talento nos habilitan para estar donde estamos en cada momento, para vivir con intensidad, para poder respirar a gusto y decir cuando estemos en dificultades: “esto también pasará”.
El artista del fluir vive al compás de la vida misma, programa, pero no se angustia, aprende del pasado pero no se apega a él, escucha a los otros sin juzgarlos, da sus opiniones sin cerrarse a otras, en fin es libre de pensar, sentir y actuar, porque está en el ahora, porque es el mejor regalo (presente) para quien con él convive, por eso estos artistas trabajan bien y los demás quieren hacer equipo con ellos, intiman bien y se rodean de amigos profundos y hacen familias nutricias.
Este arte se aprende, se entrena y se imprime en la vida misma, logrando cambios esenciales en los artistas. Tú puedes ser ese artista del fluir.
Con cariño.
José Luis.